sábado, 27 de marzo de 2010

Los caminos de la vida

Para una semana plagada de sorpresas, buenas y no tan buenas, pero extremas, una buena lección

sábado, 13 de marzo de 2010

¿habrá alguna mente argentina más brillante?

YO, hombre del medio pelo argentino, en mis cabales y absolutamente responsable del momento que me toca morir, digo,vivir, dejo todo mi agradecimiento a las fuerzas vivas, muy vivas, yo diría avivadas, que me gobernaron con total falta de respeto e idoneidad profesional.

A los conservadores aristocráticos de la primera hora, les dejo un manual de Historia Argentina para que relean a ver dónde mierda dice que en una república democrática alguien puede creerse superior a los demás por cuestiones de linaje y casta, sobre todo, siendo hijos de inmigrantes como cualquiera, en nombre de esa prosapia trucha, con horrorosos latifundios dignos del peor señor feudal del medioevo en pleno siglo XX y cagarse en el pobre, insultándolo con una caridad que, en el 90% de los casos, es humillante e insuficiente.

A los correligionarios radicales les dejo una brújula para que, al saber dónde está el sur y dónde está el norte, sepan también definirse entre la izquierda y la derecha o el centro en vez de ser alternativamente pseudo-bolches o gorilas conservas.

A los distinguidos camaradas de las izquierdas argentinas les dejo un manual titulado "¿Qué Es la Clase Obrera?", con modelo para armar incluido, a ver si así pueden explicarse qué les faltó para lograr un puto voto del laburante que, ante la confusión de prédicas que iban desde el hermetismo intelectual a la declaración de guerra de guerrillas, prefirieron (y esto debe ser único en el mundo) votar a la derecha o apoyar dictaduras populistas.

A los compañeros peronistas les dejo un manual de la contradicción perpetua y fanática donde se explica cómo un movimiento populista que luchó contra el conservadurismo puede llegar a ser un movimiento conservador que acusa de populistas a los que luchan contra los conservadores y cómo se puede glorificar a Evita haciendo todo lo contrario de lo que hacía ella. También les dejo un bombo para que lo conviertan en shopping y un CD doble con canciones de Menem y música de Palito Ortega cantado por María Julia.

A los milicos que tengan menos espíritu de cuerpo.

Y a los curas que tengan menos cuerpo y más espíritu.

Y a las generaciones venideras sepan que hubo una vez un país rico, grande, lleno de buena gente al cual unos pocos pícaros avivados hundieron sin remedio.

ENRIQUE PINTI

viernes, 12 de marzo de 2010

UN CUENTO NO TAN CUENTO,RELATOS CIUDADANOS, los rehenes de los servicios públicos privatizados

Siguiendo con los relatos de los padecimientos de los ciudadanos argentinos, hoy le toca el honor de escribir sobre los servicios públicos privatizados. Ha sido muy difícil poder seleccionar uno para esta narrativa, pues es una noble competencia, sin poder definir quién se lleva el podio de los malos servicios (empresas prestadoras de luz, gas agua o teléfonos).
Meditaba sobre esta decisión y pronto encontré la respuesta. La empresa prestadora de servicios públicos seleccionada para el relato, por llevarse el primer lugar en mal funcionamiento fue la prestadora de servicios de telefonía, Telefónica.
Su nombre y su monopolio incluyen a Movistar, y a Speedy entre otros que operan bajo el nombre madre de Telefónica.
Para comenzar el padecimiento de los usuarios (rehenes) empieza por lo más básico, ningún usuario sabe con rigurosidad científica cuanto consume en esta empresa y en las restantes empresas prestadoras de servicio de comunicaciones. No existe los medidores telefónicos y los que hay las empresas no los reconocen y la cuestión se define por un contrato solo basado en la buena fe. Después de la suma de denuncias y demandas de la empresa, ¿se puede pensar en la buena fe por parte de la empresa?
Desde el mes de julio de 2009, el cable de servicio telefónico fijo y de trasmisión de servicio de Internet, se encontraba tirado en el techo de mi vecino. Por supuesto tenía problemas para la utilización, pues Internet se cortaba constantemente y el servicio de telefonía cada dos por tres quedaba suspendido. Como corresponde solicité el arreglo y cambio de la bajada del cable y caja de entrada para evitar estos problemas, casi habituales.
Con toda la tranquilidad del mundo el operador cuando tomó mi reclamo, sentencio noventa días hábiles para la realización del trabajo, pues había mucho recargo de tareas. Al fin y al cabo en las palabras del operador operaba la sugerencia de cual era mi queja, si al fin y al cabo, aunque funcionará mal, tenía servicio, otros no lo tenían. Por cierto que el consuelo que quería ofrecer el empleado tenía el tiente de fina ironía; se olvidaba de lo costoso que es el servicio para el deficitario servicio que brindan. Habíamos llegado al día 62 desde el reclamo original, y me encontré que habían formalizado la “solución mágica”!.
Volvieron a estirar el cable, roto (ni lo cambiaron) por el mismo lugar en que estaba con el único cambio que ya no estaba tirado en el techo de mi vecino. Nuevamente a reclamar, pero con una sorpresa, el plazo arrancaba nuevamente de cero y a sumar 90 días hábiles más. Aún sigo en la triste espera.
La suma de impunidades de esta empresa acredita también dar de alta servicios pagos que el usuario no solicita pero que la empresa los facturas, con la impunidad de tomarse 72 hs para darlo de baja a costo del usuario. También de estas peripecias puedo dar fe.
En estos días fui informada que a partir de marzo de 2010 la información detallada del servicios en las boletas de cobro comenzaba a tener un costo mensual de alrededor de $3,00. Por cierto que no estaba interesada en abonar esa suma, sabiendo que quedaba indefensa de que las boletas vinieran con cualquier monto para pagar al no discriminarse nada, pero bueno me queda la triste tarea si esto ocurre a concurrir a una oficina y hacer el reclamo por escrito. Tramite la baja por teléfono, antes de su vigencia, pero sin mi autorización el operador que me atendió sin que lo pidiera, ni lo autorizara ni estuviera en mi conocimiento, habilitó el buzón de llamadas, que por supuesto es a costo del usuario. Lo descubrí de casualidad al llamar a mi número y encontrar la máquina que recibe mensajes. Otra vez perder tiempo, hablar con una operadora, dar de baja un servicio no solicitado y formalizar el reclamo sobre el atropello producido. ¿Cuántas personas se toman cotidianamente estos trabajos? Probablemente muy pocas y esto aumenta la impunidad de esta empresa y hace crecer sus arcas de dinero mal habido.
Si nos dedicamos a hablar de la telefonía celular, representada por Movistar, lleva el record de reclamos por encima de cualquier otra empresa. Los malos servicios van desde la prestación a los cambios inesperados de los servicios con aumentos de costos a las ventas de servicios no compatibles con los móviles en los que se los quiere hacer funcionar, y el pobre usuario, vapuleado es castigado por todos lados. ¿Y el ente regulador? Cualquier usuario pensaría que sería el lugar donde encontraría justifica frente al león devorador de esa empresa. Se equivoco. Este órgano está muy lejos de hacer eso. Es un organismo burocrático, colapsado y que no resuelve nada. Entonces ¿qué hacer? No tengo la respuesta, si alguien la tiene, estaría bueno sumar voluntades.
Finalmente nos queda hablar del prestador de servicios de Internet, asociado a Telefónica; Speedy. El panorama sigue siendo sombrío. Suma en negativo y no en positivo. Sus servicios superaran la calificación de malos. Y aún peor, si uno lo quiere cambiar, con suerte logra en un plazo de tres meses desafectarse de este pulpo para contratar con otra empresa, previo abonar todos sus caprichos. ¿Quién tiene la solución? ¿Quién le pone el cascabel al gato?

sábado, 6 de marzo de 2010

CUENTOS NO TAN CUENTOS, RELATOS CIUDADANOS: ¿QUIÉN NOS CUIDA LA SALUD?

Mañanita del día 17 de febrero.Había terminado de desayunar y mentalmente preparaba el día laboral, que por cierto venía denso. Al mismo tiempo preparaba el desayuno para el resto de la familia. Al abrir la heladera, descubrí con horror que nada quedaba ( tener hijos adolescentes, es tener la heladera vacia todos los días) por lo tanto había que ir al supermercado antes de empezar con el día laboral.
El fantasma aterrante denominado “no tener tiempo”, nos lleva a pergeniar como equilibristas como dosificar “el tiempo” para poder cumplir con todo. En ese dilema me encontraba dilucidando. La opción más rápida era acudir a un supermercado que queda a dos cuadras de mi casa, atendido por sus dueños, que son personas de origen asiatico,desconociendo su procedencia, mal denominados”chinos”. En ese lugar nace esta historia.
Lista en mano, comienzo a incorporar alimentos al changuito hasta llegar a las heladeras de los lacteos y productos que tienen que conservar cadena de frio. Inmediatamente jalo un paquete de manteca y observo con horror que se desintegra en mi mano. Las restantes mantecas, independientemente de gramaje y marcas, estaban igual. Toco la temperatura de los restantes alimentos dentro de las heladeras y no estaban frios, sumado a que los yogures tenían vencimiento inmediato y algunos vencidos. Esto era horrorozo!!!. Consulto con el encargado de fiambreria, de origen asiático pero que comprendía el idioma castellano muy bien, sobre la razón de la situación y porque no se informaba de esto a los clientes y sin el más mínimo problema me contesto que la luz se había cortado y allí se terminó el diálogo.
Poco a poco un escalofrio recorrió mi cuerpo, pero que inmediatamente se revertió por el calor que provoca la indignación.
Acudí al frente del negocio, área de cajas, y solicite hablar con el dueño con los productos en la mano, la manteca derretida y el yogur vencido. A viva voz y para conocimiento de los presentes, interpele al dueño por tal situación, tratando de acudir a su conciencia que estaba poniendo en peligro la vida de las personas. Por toda respuesta obtuve, una risa sarcástica del mismo y ninguna solución y la indiferencia de las personas que estaban comprando. ¿Tán sombies estamos los argentinos, que no somos concientes de cuidar nuestra salud o cual es el motivo de no reaccionar ante tal hecho?
Salí del lugar indignada y sin comprar. Ya a está altura todo el plan laboral ideado quedó hecho trizas. Sin embargo la conciencia ciudadana afloró (vaya!, a la vejez valoro la educación recibida), fuí a hacer la denuncia a la Municipalidad. Lo que tenía que ser simple, expiditivo y de rápida respuesta, se transformaba en un camino burocrático, a pesar que ya les llevaba el trabajo realizado, pues con mi celular tome fotos del lugar, de los productos y de la fecha del hecho. No quedo otra que sacar la credencial, y otra vez comprobé que opera magia, lo que parecía un trámite sin fin, se transformó en el final felíz de los cuentos de hadas; logré que un inspector se apersonara al lugar y pusiera la faja de clausura. Me sentí aliviada. Finalize las compras hogareñas, en diferentes lugares y comence retrasada las actividades laborales, pero felíz, porque aunque costó mi energía de casi todo el día, había obtenido un resultado.
Pero la felicidad dura poco tiempo en este país, al día siguiente pase por el lugar, y lo encontre abierto, igual que el día anterior, como si allí no hubiera pasado nada. Me cruce con el dueño, quien no dijo palabra pero me regalo una sonrisa triunfadora. No más palabras, solo una pregunta ¿quién nos cuida la salud?