Software gratis
Móviles e inteligentes
Los diez mejores programas para cada tipo de smartphone. Más de 50 aplicaciones para Symbian, BlackBerry, iPhone, Android y Windows Phone
La posibilidad de instalar aplicaciones en celulares y palmtops existe hace más de una década; la Palm Pilot original fue pionera en este aspecto, y los sistemas operativos móviles siguientes también lo permitieron, pero fue el iPhone, con su sistema centralizado de aplicaciones, el que convirtió los programas para móviles y las tiendas integradas en un imperativo para cualquier plataforma móvil que se precie.
Con un mercado móvil cada vez más competitivo, no faltan las estadísticas: 160.000 aplicaciones, ringtones y wallpapers disponibles para iPhone; 30.000 para Android; 6000 para BlackBerry; 7000 en Ovi Store de Nokia (según la consultora Distimo). Y 6000 millones de aplicaciones que se instalarán este año, según predicciones de ABI Research, lo que representa un crecimiento del 250% respecto de los 2400 millones de descargas realizadas en 2009.
Por supuesto, los veteranos en vadear estos mares de aplicaciones disponibles sabrán que cantidad no siempre equivale a calidad, aunque sí es cierto que ofrece mayores posibilidades de encontrar esa aplicación ultra específica que tanto añoramos. Para quienes recién entran en el mundo de los smartphones, sin embargo, hay una número básico de aplicaciones gratis que son casi de instalación obligada, como para poner el equipo a tiro del resto.
Hay varias que son multiplataforma, y están disponibles para Android, BlackBerry, iPhone, Symbian y Windows Phone 6, con alguna que otra salvedad. Por ejemplo, Opera ( www.opera.com ), que ofrece dos excelentes navedores gratis (Mobile y Mini), incluso para móviles de gama media, ya que tiene una versión Java. La edición para iPhone está a la espera de la aprobación (poco probable) de Apple.
También están Nimbuzz ( www.nimbuzz.com ) y Fring ( www.fring.com ), que permiten chatear en todas las redes de mensajería instantánea populares (Windows Live, Yahoo! Messenger, Google Talk, Skype, etcétera) y hacer llamadas de voz sobre IP, excepto en los equipos BlackBerry, donde sólo provee mensajería. Skype ( www.skype.com ) mismo tiene aplicaciones para iPhone y Symbian.
Google también está presente en todos los sistemas operativos móviles con sus mapas, búsquedas y el cliente para Gmail, más allá de que se acceda a la casilla de correo con el software de e-mail oficial de cada móvil ( www.google.com/mobile/ ). Para móviles Java, BlackBerry y otros, un software de mapas gratis (que no requiere conexión a Internet para funcionar) es MGMaps ( www.mgmaps.com ), más allá del Google Maps, también gratis ( http://www.google.com/mobile/maps/ ). Nokia ofrece Ovi Maps gratis para sus usuarios (http://maps.nokia.com/ovi-services-and-apps/ovi-maps). Smartmap (http://sites.google.com/site/ortegaalfredo/smartmap), hecho en la Argentina, ofrece un mapa Java de Buenos Aires y otras ciudades argentinas.
Los amantes de Twitter no encontrarán una aplicación universal, pero sí muy buen software gratis para cada plataforma, como Tiny Twitter (Java, www.tinytwitter.com ), UberTwitter ( www.ubertwitter.com , BlackBerry), Twidroid ( www.twidroid.com , para Android), Tweets60 ( www.tweets60.com , Symbian), Echofon ( www.echofon.com/twitter/iphone , para el iPhone), PockeTwit ( code.google.com/p/pocketwit/ , Windows Phone 6.x). Y si se desea transmitir video en vivo, Qik ( www.qik.com , gratis) y Ustream ( www.ustream.tv ) están presentes en casi todos los sistemas operativos móviles.
Los viajeros frecuentes, por su parte, encontrarán en la versión gratis de Worldmate ( www.worldmate.com , no está disponible para Android) herramientas para saber el estado del tiempo en una ciudad extranjera, manejar un itinerario, hacer conversiones de moneda, y más.
Otro servicio que tiene versiones para cada plataforma es el servicio de blogs Wordpress ( http://en.blog.wordpress.com/2010/02/11/mobile-apps-for-wordpress/ , la de Symbian todavía está en desarrollo), que gracias a estos programas permite a sus usuarios postear desde el móvil.
Existen miles de aplicaciones para cada plataforma. Para quienes apenas entran en el mundo de los smartphones, sin embargo, hay un número básico de aplicaciones gratis que son casi de instalación obligada, como para poner el equipo a tiro del resto.
Android
Las aplicaciones están disponibles en el Android Market (se puede ver qué ofrece en www.android.com/market ). Entre las más recomendables están APNdroid, para evitar que el móvil se conecte a redes 2G/3G; WiSync, para forzar la sincronización de datos de Google a que se haga por Wi-Fi; NetCounter, que registra el consumo de datos del móvil; WiFinder, un buscador de redes Wi-Fi cercanas; GPS Status, que muestra nuestra ubicación en latitud y longitud, el Norte (si el móvil tiene brújula) y la inclinación del equipo.
También, Astro, un administrador de archivos; SMS Status, para responder mensajes de texto en una ventana emergente; TasKiller, para cerrar aplicaciones y mantener libre la RAM del equipo; PowerSearch, que permite hacer búsquedas de palabras clave en contactos, el calendario y otras aplicaciones del celular, sin conectarse a la Red, y Google Sky Map, que con su mapa de estrellas permite tener el cielo en nuestras manos.
BlackBerry OS
Lo primero que hay que hacer es descargar el software de acceso al App World oficial ( http://appworld.blackberry.com ), si el móvil no lo incluye. Allí están WeatherBug, para tener información actualizada del clima en el móvil; BeBuzz Free, que permite configurar las luces de alerta y el vibrador del teléfono para anunciar mensajes, llamadas perdidas y demás; BeMail Free provee una herramienta para crear reglas que se aplican a los mensajes de la Bandeja de entrada; Vlingo, para controlar el celular con la voz y enviar mensajes sin tipear (la versión más reciente también lee los mensajes); Network Traffic Control, para ver el consumo de datos día a día (ideal para las aplicaciones que no están dentro del paquete de datos); y CrunchSMS, para ver los mensajes de texto como si fuera una conversación en un mensajero, al estilo iPhone. También, Bolt ( www.boltbrowser.com ), un navegador avanzado para suplir las limitaciones del browser oficial de BlackBerry; Forward, Reply and Edit ( www.bberryapp.com/forwardreplyandedit.htm ), para editar mensajes antes de reenviarlos o responderlos; FileScoutLite ( www.emacberry.com/bbfs/bbfilescout_02features.html ), un administrador de archivos, y BBNotePad ( http://krzysztow.com/BBNotePad/ ), un sencillo editor de texto.
iPhone
Disponibles en el App Store (se puede acceder desde la PC vía la aplicación iTunes), hay software gratis como Apple Remote, que permite controlar el iTunes desde el iPhone, Faces Lite, un listado de contactos favoritos organizados con fotos; Flashlight, para usar la pantalla del móvil como linterna; Evernote, que permite capturar imágenes, textos cortos y audio y almacenarlos en un servidor Web; Read it Later, para ver sitios Web en forma offline.
Por su parte Bump permite transferir la información de contacto de una persona a otro iPhone con sólo ponerlos cerca; Stanza, leer libros electrónicos; NetNewsWire es un cliente para leer fuentes RSS; BigOven, con 17.000 recetas de cocina; Speedtest.net (para medir el ancho de banda disponible) y MiGhtyDocs, para ver documentos de Google Docs en el móvil.
Symbian
La tienda oficial para los equipos de Nokia es Ovi ( store.ovi.com ), con aplicaciones como WeFi, un buscador de hotspots, que además ofrece una plataforma de aplicaciones; Nokia Photo Browser, una alternativa muy atractiva a la Galería de fotos original; Weather Touch, con el reporte meteorológico; SMS preview, para previsualizar en pantalla los mensajes de texto; Y-Browser ( www.drjukka.com/YBrowser.html ), un administrador de archivos; JoikuSpot Light ( www.joiku.com ), para compartir la conexión 3G del móvil vía Wi-Fi. Con vMenu ( www.i-symbian.com/vmenu-version-1-51-adds-more-functions/ ) se puede cambiar la interfaz del móvil y acercarla a la del iPhone, con menús deslizantes; Java Runtime ( http://betalabs.nokia.com/apps/nokia-java-runtime-20-for-s60 ) acelera la ejecución de programas en Java; Calcium ( www.mtvoid.com/calcium ), es una calculadora muy sencilla de usar; Emoze ( www.emoze.com/index_es.asp ), un servicio de e-mail push gratis.
Windows Phone
Entre las aplicaciones más recomendables está iContact ( www.supware.net ), excelente para manejar contactos con menús inerciales; CleanRAM ( www.htcaddicts.com/?id=110 ), que libera memoria RAM; SkyFire ( www.skyfire.com ), un excelente navegador Web; QuickMenu (se descarga de www.freewarepocketpc.net ), una alternativa al menú de Inicio de Windows Mobile; gCalc ( www.freewarepocketpc.net ), una calculadora más amigable para el uso con los dedos; Vspainter LE ( www.freewarepocketpc.net ), una aplicación para pintar; PIM Backup, que hace una copia de seguridad de la agenda del móvil, y Task Manager, para administrar las aplicaciones activas, ambos en www.dotfred.net .
Por su parte, Batti ( code.google.com/p/batti/ ) permite conocer en todo momento el estado de la batería, y TaskPlus ( http://software.forest59.com/taskplus.aspx ) es un plugin para la pantalla de bienvenida del celular. Quienes cuenten con un celular con Windows Phone 6.5, además, podrán acceder a las aplicaciones disponibles en Marketplace, la tienda de Microsoft para dispositivos móviles.
Estas son sólo algunas de las opciones posibles entre miles de programas gratis disponibles para las distintas plataformas; invitamos a los lectores a compartir qué freeware les resulta esencial en su celular en los comentarios a esta nota.
Ricardo Sametband
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1252047&origen=NLTecno (9/4/2010)
.....solo lo verás, si a la tierra cuidas...
sábado, 17 de abril de 2010
jueves, 8 de abril de 2010
Apropiación ilegitima
La nota que a continuación se transcribe se ha extractado de la información publicada en Canal 7 (Televisión Publica) y el Diario Diagonales de La Plata, sin embargo otros medios no la han publicado. Una vez más la sociedad sigue con heridas abiertas que nos dividen y no nos permiten seguir adelante. Sería buena hora para que la justicia acelere sus tiempos pueda sacar a luz la verdad y permitir la reconciliación social de todos los estamentos para comenzar a ser una nación en serio. Trascribo la nota, y si tal como en ella se describe, es hora de saber la verdad y permitir el ejercicio de la libertad de todas las personas para elejir su camino.
Interés General |
Marcela Noble podría ser la nieta de Chicha Mariani
La fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo, sospecha que la hija de Ernestina Herrera de Noble, dueña de Clarín, sea, en realidad, su nieta, Clara Anahí, quien fue secuestrada tras el bombardeo a su casa en La Plata, en noviembre de 1976.
En declaraciones brindadas a una radio local, Chicha confirmó que hizo una presentación judicial ante el juez Corazza y por su intermedio ante el juez Bergesio, de San Isidro, que es quien lleva adelante la causa por los hijos de la dueña del multimedio Clarín.
En la acción, se solicita “que se entrecrucen los análisis de Marcela Noble y los de mi familia que están en el Banco Genético y también con todos los familiares que figuran allí porque así lo dispone la ley”.
Consultada sobre en qué basa sus sospechas sobre que Marcela Noble sea Clara Anahí Mariani Teruggi, explicó: “tuve dudas desde 1977 cuando los obispos de La Plata y religiosos me prometían que me iban a ayudar, al tiempo volvía y eran otras las personas que me recibían”.
Además, reveló que en un momento, “me dijeron que mi nieta estaba con gente de muchísimo poder, que era imposible tocarla. Lo recibí de la Iglesia una y otra vez, pero hubo otros elementos que me fueron convenciendo de que podía ser Clara Anahí”.
Asimismo, Chicha admitió que en un momento perdió la esperanza de que Marcela Noble pudiese ser su nieta, al revisar, junto a su abogada, el expediente de su adopción y verificar que “las fechas no concordaban”. Sin embargo, la expectativa resurgió cuando “vinieron dos personas a avisarme que ese expediente era totalmente falso y se descubrieron mentiras”.
La fundadora de Abuelas recordó que “cuando asumió Alfonsín, los llevaron a una escuela suiza hasta que vieron que no pasó nada, entonces los fue a buscar la madre, las fotos de los chicos con príncipes, reyes y presidentes salían en los diarios y yo las junté y encontré parecidos” y Marcela Noble “se parece bastante a la familia de Diana ahora”.
En ese marco, Chicha recalcó que “cuando se llevan a Clara Anahí, la ponen en el auto de Fiorillo (un policía), y ahora me entero que él fue quien llevó a Marcela con la señora de Noble. La llevó de La Plata porque hay documentos de personas que afirman que monseñor Plaza intervino en la entrega de Marcela”.
“Ahora dije basta, no quiero quedarme con la duda y pedí que se hagan los análisis y se crucen con mi familia y con los demás también”, declaró Chicha y se preguntó: “¿Alguien se detiene a pensar en los 33 años que llevan Madres, Abuelas y familiares de esta tortura infinita de no saber, es la tortura más grande y se acrecienta porque uno se va a ir y no pudo hacer nada, y dónde está y cómo duerme, dónde vive y con quién?”.
“Hay mucha gente que da una mano. Sé que lo que ocurrió en la calle 30 lo sabe toda la gente del barrio, muchos vieron cómo se la llevaron a Clara Anahí, en cambio se difunde la versión de que había muerto, sin embargo, dos personas me dijeron la verdad, pero si lo hubieran dicho hace 20 años, cuánto dolor hubieran evitado”, reflexionó Chicha Mariani. Por último, Chicha dijo que otro de los elementos que la llevan a pensar que Clara Anahí podría ser Marcela Noble, tiene que ver con las muchas mentiras que se dijeron en torno al paradero de su nieta: “Por qué tapan tanto lo de Clara Anahí? ¿Por qué se inventaron tantas cosas? ¿Para qué? Es porque están tapando algo muy grosso”.
OPINIÓN. Clara y la oscuridad
Josefina Licitra
Clara Anahí Mariani nació el 12 de agosto de 1976. Tenía, desde un primer momento, un cuerpo y un nombre. Y padres. Su mamá se llamaba Diana Teruggi y estudiaba Letras. Su papá, Daniel Mariani, era economista. Ambos vivían en Plata, la ciudad donde se conocieron, donde compraron una casa modesta –ubicada en la calle 30 entre 55 y 56–, donde tuvieron una hija, donde fueron asesinados y donde Clara Anahí Mariani desapareció.
Ocurrió el 24 de noviembre de 1976. Clara tenía tres meses. Esa mañana Diana se preparaba para llevarla, como todos los lunes y los miércoles, a la casa de su suegra. Pero nadie llegó a ninguna parte. En algún momento, la casa fue rodeada por tanques de guerra, helicópteros, patrulleros y doscientos miembros del Ejército. Todos estaban al mando de Ramón Camps –entonces jefe de la policía bonaerense– y querían sangre. No queda claro si alguien dijo “ahora”. Sólo se sabe que la balacera reventó hasta el alma de las cosas. Y que Diana pudo, tras la primera descarga, esconder a Clara en una bañera, bajo una pila de almohadones.
En la casa de Diana, Daniel y Clara funcionaba una imprenta de Montoneros, a la que se accedía de un modo solapado. Allí se editaba la revista Evita y una serie de publicaciones que echaban algo de luz sobre las muertes, las torturas y las desapariciones que eran fantasmas innombrables por buena parte de los medios de comunicación. Se sabe que al gobierno militar cierta prensa le molestaba mucho, entre tantas otras cosas que también le molestaban mucho.
Diana fue acribillada bajo un limonero. En la unión de dos paredes –un rincón donde hoy se concentran decenas de agujeros de bala– fue asesinado Daniel Mendiburu Eliçabe, el marido de Feli, el papá de Pablito, el hermano de Fideo y Cali (Feli, Pablito, Fideo, Cali: los nombres de una parte de mi infancia; los compañeros de exilio de mi padre). También mataron a Roberto César Porfirio, Juan Carlos Peiris y Alberto Oscar Bossio, y volaron ventanas a punta de bazucas porque, en fin, a los militares les gustaba el tema de llegar de a cientos y en tanque, aunque “el enemigo” consistiera en cuatro personas y un bebé.
Los únicos que no murieron esa tarde fueron Daniel Mariani –no estaba ahí, aunque sería asesinado ocho meses después– y Clara. Su llanto se escuchó cuando llegó el silencio. Y después no se escuchó otra cosa.
Clara fue entregada a Ramón Camps y desde entonces crece en otra familia. Tiene mi misma edad: 34 años. Y un nombre que no es el suyo. Como todo lo demás, que tampoco es suyo. No tener nombre es no tener nada.
La abuela de Clara se llama María Isabel “Chicha” Chorobik de Mariani, es fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo y está viejita. Así lo dice el mail que recorre las casillas de muchísima gente estos días: a los 87 años, Chicha Mariani está viejita y, como todos los viejos, tiene la urgencia de los asuntos pendientes. Chicha busca a su nieta desde que encontró sus ropas mínimas entre los escombros de la calle 30. Un comisario le confirmó, en ese momento, que su nieta estaba viva y que había sido colocada “muy alto”. Lo mismo le dijeron un monseñor y un capellán de La Plata. Chicha, entonces, llegó lo más alto que pudo. Tiene varios motivos para sospechar que su nieta podría ser Marcela Noble, la hija apropiada de Ernestina Herrera de Noble.
No es fácil. No va a ser fácil. Chicha tiene 87 años y está viejita. Quizás algún día yo también sea abuela. Pero por ahora la cuestión del afecto es sólo esta suposición: cuando veo a mi madre querer a mi hijo, intuyo que el amor por un nieto es muy superior al mito alcanforado de la “tercera edad”. Lo más preciado de lo más preciado: eso será un nieto. Un número elevado a su propia potencia, un último y desesperado aprendizaje.
Hoy hay 400 Abuelas de Plaza de Mayo –nacidas en 1977 como Abuelas Argentinas con Nietitos Desaparecidos– buscando el único eslabón que las tiene atadas a los días. Morir sin encontrarlo, en el fondo, es haber vivido en una especie de inframundo. ¿Entonces es posible morir más de una vez? Claro que sí. Ellas saben que sí.
Está comprobado que sobreviviste y estás en poder de alguien. Ya tienes 34 años y tu número de documento probablemente sea cercano al 25.476.305 con el que te anotamos. Yo quisiera pedirte que busques fotos de cuando eras bebé y las compares con las que acompañan este texto.
(…). A mis más de 80 años mi aspiración es abrazarte y reconocerme en tu mirada, me gustaría que vinieras hacia mí para que esta larga búsqueda se concretara en el mayor anhelo que me mantiene en pie, el que nos encontremos”.
Eso, en síntesis, dice la carta que hoy circula por la web. Dice, además, que el tiempo es poco, que hay que difundirla pronto y que todas las vías valen la pena. Ésta incluida.
Interés General |
Marcela Noble podría ser la nieta de Chicha Mariani
La fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo, sospecha que la hija de Ernestina Herrera de Noble, dueña de Clarín, sea, en realidad, su nieta, Clara Anahí, quien fue secuestrada tras el bombardeo a su casa en La Plata, en noviembre de 1976.
En declaraciones brindadas a una radio local, Chicha confirmó que hizo una presentación judicial ante el juez Corazza y por su intermedio ante el juez Bergesio, de San Isidro, que es quien lleva adelante la causa por los hijos de la dueña del multimedio Clarín.
En la acción, se solicita “que se entrecrucen los análisis de Marcela Noble y los de mi familia que están en el Banco Genético y también con todos los familiares que figuran allí porque así lo dispone la ley”.
Consultada sobre en qué basa sus sospechas sobre que Marcela Noble sea Clara Anahí Mariani Teruggi, explicó: “tuve dudas desde 1977 cuando los obispos de La Plata y religiosos me prometían que me iban a ayudar, al tiempo volvía y eran otras las personas que me recibían”.
Además, reveló que en un momento, “me dijeron que mi nieta estaba con gente de muchísimo poder, que era imposible tocarla. Lo recibí de la Iglesia una y otra vez, pero hubo otros elementos que me fueron convenciendo de que podía ser Clara Anahí”.
Asimismo, Chicha admitió que en un momento perdió la esperanza de que Marcela Noble pudiese ser su nieta, al revisar, junto a su abogada, el expediente de su adopción y verificar que “las fechas no concordaban”. Sin embargo, la expectativa resurgió cuando “vinieron dos personas a avisarme que ese expediente era totalmente falso y se descubrieron mentiras”.
La fundadora de Abuelas recordó que “cuando asumió Alfonsín, los llevaron a una escuela suiza hasta que vieron que no pasó nada, entonces los fue a buscar la madre, las fotos de los chicos con príncipes, reyes y presidentes salían en los diarios y yo las junté y encontré parecidos” y Marcela Noble “se parece bastante a la familia de Diana ahora”.
En ese marco, Chicha recalcó que “cuando se llevan a Clara Anahí, la ponen en el auto de Fiorillo (un policía), y ahora me entero que él fue quien llevó a Marcela con la señora de Noble. La llevó de La Plata porque hay documentos de personas que afirman que monseñor Plaza intervino en la entrega de Marcela”.
“Ahora dije basta, no quiero quedarme con la duda y pedí que se hagan los análisis y se crucen con mi familia y con los demás también”, declaró Chicha y se preguntó: “¿Alguien se detiene a pensar en los 33 años que llevan Madres, Abuelas y familiares de esta tortura infinita de no saber, es la tortura más grande y se acrecienta porque uno se va a ir y no pudo hacer nada, y dónde está y cómo duerme, dónde vive y con quién?”.
“Hay mucha gente que da una mano. Sé que lo que ocurrió en la calle 30 lo sabe toda la gente del barrio, muchos vieron cómo se la llevaron a Clara Anahí, en cambio se difunde la versión de que había muerto, sin embargo, dos personas me dijeron la verdad, pero si lo hubieran dicho hace 20 años, cuánto dolor hubieran evitado”, reflexionó Chicha Mariani. Por último, Chicha dijo que otro de los elementos que la llevan a pensar que Clara Anahí podría ser Marcela Noble, tiene que ver con las muchas mentiras que se dijeron en torno al paradero de su nieta: “Por qué tapan tanto lo de Clara Anahí? ¿Por qué se inventaron tantas cosas? ¿Para qué? Es porque están tapando algo muy grosso”.
OPINIÓN. Clara y la oscuridad
Josefina Licitra
Clara Anahí Mariani nació el 12 de agosto de 1976. Tenía, desde un primer momento, un cuerpo y un nombre. Y padres. Su mamá se llamaba Diana Teruggi y estudiaba Letras. Su papá, Daniel Mariani, era economista. Ambos vivían en Plata, la ciudad donde se conocieron, donde compraron una casa modesta –ubicada en la calle 30 entre 55 y 56–, donde tuvieron una hija, donde fueron asesinados y donde Clara Anahí Mariani desapareció.
Ocurrió el 24 de noviembre de 1976. Clara tenía tres meses. Esa mañana Diana se preparaba para llevarla, como todos los lunes y los miércoles, a la casa de su suegra. Pero nadie llegó a ninguna parte. En algún momento, la casa fue rodeada por tanques de guerra, helicópteros, patrulleros y doscientos miembros del Ejército. Todos estaban al mando de Ramón Camps –entonces jefe de la policía bonaerense– y querían sangre. No queda claro si alguien dijo “ahora”. Sólo se sabe que la balacera reventó hasta el alma de las cosas. Y que Diana pudo, tras la primera descarga, esconder a Clara en una bañera, bajo una pila de almohadones.
En la casa de Diana, Daniel y Clara funcionaba una imprenta de Montoneros, a la que se accedía de un modo solapado. Allí se editaba la revista Evita y una serie de publicaciones que echaban algo de luz sobre las muertes, las torturas y las desapariciones que eran fantasmas innombrables por buena parte de los medios de comunicación. Se sabe que al gobierno militar cierta prensa le molestaba mucho, entre tantas otras cosas que también le molestaban mucho.
Diana fue acribillada bajo un limonero. En la unión de dos paredes –un rincón donde hoy se concentran decenas de agujeros de bala– fue asesinado Daniel Mendiburu Eliçabe, el marido de Feli, el papá de Pablito, el hermano de Fideo y Cali (Feli, Pablito, Fideo, Cali: los nombres de una parte de mi infancia; los compañeros de exilio de mi padre). También mataron a Roberto César Porfirio, Juan Carlos Peiris y Alberto Oscar Bossio, y volaron ventanas a punta de bazucas porque, en fin, a los militares les gustaba el tema de llegar de a cientos y en tanque, aunque “el enemigo” consistiera en cuatro personas y un bebé.
Los únicos que no murieron esa tarde fueron Daniel Mariani –no estaba ahí, aunque sería asesinado ocho meses después– y Clara. Su llanto se escuchó cuando llegó el silencio. Y después no se escuchó otra cosa.
Clara fue entregada a Ramón Camps y desde entonces crece en otra familia. Tiene mi misma edad: 34 años. Y un nombre que no es el suyo. Como todo lo demás, que tampoco es suyo. No tener nombre es no tener nada.
La abuela de Clara se llama María Isabel “Chicha” Chorobik de Mariani, es fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo y está viejita. Así lo dice el mail que recorre las casillas de muchísima gente estos días: a los 87 años, Chicha Mariani está viejita y, como todos los viejos, tiene la urgencia de los asuntos pendientes. Chicha busca a su nieta desde que encontró sus ropas mínimas entre los escombros de la calle 30. Un comisario le confirmó, en ese momento, que su nieta estaba viva y que había sido colocada “muy alto”. Lo mismo le dijeron un monseñor y un capellán de La Plata. Chicha, entonces, llegó lo más alto que pudo. Tiene varios motivos para sospechar que su nieta podría ser Marcela Noble, la hija apropiada de Ernestina Herrera de Noble.
No es fácil. No va a ser fácil. Chicha tiene 87 años y está viejita. Quizás algún día yo también sea abuela. Pero por ahora la cuestión del afecto es sólo esta suposición: cuando veo a mi madre querer a mi hijo, intuyo que el amor por un nieto es muy superior al mito alcanforado de la “tercera edad”. Lo más preciado de lo más preciado: eso será un nieto. Un número elevado a su propia potencia, un último y desesperado aprendizaje.
Hoy hay 400 Abuelas de Plaza de Mayo –nacidas en 1977 como Abuelas Argentinas con Nietitos Desaparecidos– buscando el único eslabón que las tiene atadas a los días. Morir sin encontrarlo, en el fondo, es haber vivido en una especie de inframundo. ¿Entonces es posible morir más de una vez? Claro que sí. Ellas saben que sí.
Está comprobado que sobreviviste y estás en poder de alguien. Ya tienes 34 años y tu número de documento probablemente sea cercano al 25.476.305 con el que te anotamos. Yo quisiera pedirte que busques fotos de cuando eras bebé y las compares con las que acompañan este texto.
(…). A mis más de 80 años mi aspiración es abrazarte y reconocerme en tu mirada, me gustaría que vinieras hacia mí para que esta larga búsqueda se concretara en el mayor anhelo que me mantiene en pie, el que nos encontremos”.
Eso, en síntesis, dice la carta que hoy circula por la web. Dice, además, que el tiempo es poco, que hay que difundirla pronto y que todas las vías valen la pena. Ésta incluida.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)