Vivir en libertad

Hace uno días escribía unas palabras sobre la situación social y política de Egipto. Indudablemente la naturaleza humana, no está hecha para la opresión, sino para la libertad. También da para meditar, el valor de la unidad y la fuerza unida para un común resultado. El pueblo egipcio lo ha mostrado, a pesar de sus profundas diferencias, cristianos y musulmanes, que en tierras no muy lejanos a ellos, les ha llevado año y les lleva años de guerra y muerte, a ellos les ha permitido unirse frente a treinta años de dictadura. Esperemos que esta cordura que se ha manifestado hasta ahora, permanezca por encima de las mezquindades personales.Aún quedan muchas sociedades y pueblos bajo diferentes dictaduras, disfrazadas de ideologías políticas, que mantienen a sus pueblos bajo la opresión, la falta de libertad, la violencia, el hambre y la marginalidad. Ojala esos pueblos, puedan tomar conciencia del valor de la libertad y que tienen la mejor arma: la unidad.
Vale también pensar, que aunque se viva en democracia, no siempre se vive en libertad. ¿quién piensa en los pueblos originarios de nuestro país? Ellos necesitan una respuesta urgente.

Opresión o libertad?

Repensando sobre los últimos hechos acontecidos en Egipto,que no son más que reflejo de otros tantos en situaciones similares, nos da la pauta, que la mente humana,  ha comenzado a evolucionar, a diferencia de muchos que creen que ha empezado a involucionar. Los hechos acaecidos en pueblos de diferentes partes del mundo que se levantan frente a gobiernos dictatoriales y absolutistas, son cada vez más y más seguido. Si realizamos un viaje en el tiempo, podremos comprender que siglos anteriores estos eran fenómenos aislados y normalmente aplastados. Fue necesario el siglo XVIIII y las ideas francesas para vislumbrar cambios.La evolución de la mente humana se dirige hacia la libertad, es decir buscar la identidad como pueblo y como sociedad y vivir en libertad y democracia.Pero algo aún más importante, el pueblo de Egipto lo ha mostrado,se puede estar unido independientemente de la raza, la condición o la religión. La sociedad ha comenzado a comprender que solo la suma de voluntades unidas puede regir sus destinos.¿Será el siglo de la segunda revolución francesa?

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