miércoles, 23 de diciembre de 2015

tiempo de reflexión, tiempo de cambio


sábado, 13 de diciembre de 2014

Impunidad 1, Derechos Humanos 0= EDESUR

Un cuento no tan cuento. Relatos de la vida cotidiana.
viernes, 12 de diciembre de 2014
16:30




Este relato, tragicómico, no es mas que una muestra de la replica a mayor escala por la que deben atravesar todos los atribulados habitantes de suelo argentino cada día. Atribulados ciudadanos que amén de tener que pagar impuestos hasta por respirar, soportar la inseguridad, la falta del acceso a la salud digna o el acceso a todo el periodo de escolarización asignado, a lo que se suma la inflación y el impuesto al sueldo (ganancias), deben soportar los cortes de luz, de agua, de gas, según sea la época del año . En resumen padecimiento anual en la utilización de los servicios esenciales, entre los que incluyo los medios de transporte. Estas pinturas cotidianas me hacen recordar a los siervos de la gleba en la edad media, los feudos y los señores de la villa, libertad obtenida frente a la esclavitud, que no era tal por el ejercicio indebido y excedido del señor feudal.
Volviendo al relato de este cuento, no tan cuento, la historia arranca el 11 de diciembre 7.30 am. Parece ser que una paloma suicida decidió terminar sus días en un vuelo final sobre un transformador de alta tensión, mas que centenario, ubicado en la esquina de mi domicilio y dejo a todo el barrio sin luz.
Por supuesto y como todos los días, yo ya me encontraba trabajando y gracias a la inmediatez de las comunicaciones, iba llevando una bitácora de los sucesos, aunque no estuviera en el lugar. Por supuesto y como corresponde 8 am  comenzó el reclamo. Reclamo que al día fecha, 13 de diciembre lleva veintiseis reiteraciones si resolverse y sigo sin energía eléctrica y  agua en mi domicilio. Pero los milagros cuando se invoca al cuarto poder apareen como después contaré.
Siguiendo el hilo del relato del hecho ya fue extraño desde el primer reclamo, la atención de los operadores, telefónicos o presenciales. Todos/todas presentaban un perfil deshumanizado, con un mensaje prediseñado, reiterativo y hueco similar a lo que puede generar una maquina. El mensaje rezaba algo así "ya hemos tomado su reclamo o reiteramos su reclamo, pero no hay horario para la restitución del servicio". El mismo mensaje en los 26 reclamos en los tres días que ya llevabamos sin servicio de energía eléctrica. De pronto, mas allá de la violencia concentrada por los hechos, las respuestas y la inoperancia y las consecuencias, me puse a analizar a quien estaba del otro lado, al humano. El humano que por un sueldo probablemente paupérrimo por ser los denominados Call Center,debían soportar los actos de violencia verbal de los constantes sacados usuarios ante tan estúpido mensaje. La empresa a través ellos legaliza la impunidad, el abandono de los usuarios, pero no deja de percibir las tarifas y absolutamente diligente para cortar el servicio para el que no lo paga y aún más rápido y diligente para cobrar los cargos de reconexión
Pero a pesar de la impotencia, la desazón y la amargura de tener que tirar comida en mal estado a causa de la impunidad de edesur y la impotencia de no ver resuelto la restitución del servicio, se vislumbran otras cuestiones. Nadie es impune, ni las personas ni las empresas si no se le permite que ello ocurra. Esto ocurre por dos causas, por la violación sistemática de las normas y por la falta de control efectivo del estado. El estado y sus funcionarios son solidarios en la impunidad.
Indudablemente, este relato no es un hecho aislado. Por dos navidades seguidas, la cena a la luz de la Luna o de las velas, fue la consigna involuntaria ya que por las temperaturas reinantes el servicio eléctrico brillo por su ausencia. Por lo tanto esta circunstancia extra viene a sumar otro año más para el mes de diciembre sin servicio eléctrico por varios días.
 Los atribulados usuarios carentes de servicio eléctrico reiterados, recurren a diversos medios, como los grupos electrógenos, contaminantes en lo auditivo y en el medio ambiente, más el costo del combustible, paliativo no resultante, discriminatorio al fin, pero lo más importante el sálvese quién tenga poder económico para ello, el resto que padezca.
En el reino de las energías alternativas por las condiciones naturales de nuestra geografía, brilla por su ausencia. La ausencia para su explotación a escala masiva  es evidente. Gran error. Acceder a la energía solar y a su explotación domiciliaria resolvería muchos conflictos,pero aun este desarrollo se encuentra años luz de ser accesible a los particulares, es caro, para implementar y mantener.
Cabe acotar que EDESUR esta cobrando un cargo extra rotulado servicio de mantenimiento, que indudablemente y a toda luz (la luz que no se brinda) no es más que otra estafa hacia los usuarios.
Los lectores querran saber como siguió esta historia, que luego de 50 (cincuenta horas) sin luz tuvo un final feliz.
El día 12, ya cansada de no tener respuesta o respuesta automatizada humana por teléfono y en la oficina de EDESUR decidí participar a los medios de comunicación de la fatídica situación mía y de varios. Por la noche cuando volví a mi domicilio luego de trabajar todo el día, decedí nuevamente llamar a EDESUR, grabar toda la conversación, ya había enviado material durante el día que se coronó con el audio citado. Copia de lo publicado en el medio de comunicación fue remitido vía email a EDESUR y entonces a las 11.30 hs am el milagro se produjo y los señores papa noel EDESUR, aparecieron para resolver el problema que solo llevó diez minutos de arreglo contra cincuenta horas de angustias y problemas.
Es pertinente aclarar, que la insensibilidad de la empresa no tiene límites. Si el dueño de casa no se encuentra, no proceden a llevar a cabo el arreglo, aunque sea totalmente responsabilidad de la empresa  la falta de suministro. Se obliga al propietario a estar presente y bajar las térmicas internas del domicilio  para resguardar a la empresa de que algún  artefacto se dañe y tenga que ser reclamado. Absolutamente macabro.
Poder lograr que hubiera alguien en mi domicilio, sin tener casi por tres días la certeza de cuando iban a arrivar, era casi misión imposible. Hubo que diseñar una estratégica nivel de la CIA, para poder estar presente alguien de la casa al momento de su esperada llegada. Llegada por cierto que luego de una sola notificación ya se descartaba y se retiraban sin hacer el arreglo.
La desesperación e impotencia por estas situaciones llevan a acciones de las más variadas de las personas para demostrar su angustia y reclamar la solución. Comparto este video


En conclusión, el mundo al revés. Se otorgan mas derechos, de cumplimiento imposible, por la tolerancia sistematizada a la impunidad hacia una empresa consentida por los gobernantes actuales elegidos por los ciudadano.

viernes, 12 de abril de 2013

Cuentos no tan cuentos, relatos de la vida cotidiana.Odisea en primera persona para recuperar dinero en tarjeta sube desmagnetizada, la confiscación encubierta

Tengo que confesar, que la puesta en funcionamiento de la tarjeta sube para viajar en transporte público la recibí con alegría, aplaudí la idea, pues venia a terminar con el flagelo autodestructivo que implicaba cada día poder conseguir monedas para viajar en el transporte publico, que funcionaba y aún hoy también con máquinas tragamonedas. Al menos el padecimiento diario para viajar en el transporte público, se aliviaba en algo, aunque aumentaba en la pésima forma de ser trasportados, pues el sistema de transporte público no se codea con los del primer mundo. Sin embargo el encanto mágico que producía en mi persona dicha tarjeta, duro poco. Primero fue el costo de la tarjeta para obtenerla, sumado a la pérdida de tiempo Largas colas para muñirse del plástico azul. Para adquirirla, hubo que abonar $ 15. Luego la discriminación en el valor del viaje. Los importes variaban ya fueran que se realizaran con o sin tarjeta SUBE. Así comenzaron los primeros desencantos y nacieron las primeras inquietudes; ¿ y si la tarjeta SUBE no me funciona tengo que pagar mucho más el viaje? Así es, así me paso Mi tarjeta, en perfecto estado (aún la conservo, como puede verse aquí retratada) que por esas razones del mas allá, por que en el acá no hay respuesta, dejo de funcionar. Paso por todo tipo de expertos, ninguno pudo explicar la causa, mas allá de del común veredicto; había perdido su imantación y los lectores no podían procesar la tarjeta. A partir de allí empezó el calvario. Munida de paciencia celestial, el proceso comenzó con un llamado telefónico al número que figura en la parte posterior de la tarjeta SUBE. Cabe aclarar, que a pesar de no ser información pública, solo por intuición, había entrado en la página WEB de la tarjeta y la registré a mi nombre. Este acto intuitivo fue de gran utilidad al empezar la odisea de recuperar el saldo de la tarjeta inutilizada. Volvamos al llamado telefónico, habían transcurrido cinco intentos, (y eso que dicen respecto a que el tercer intento es el vencido, en este caso no lo fue), puedo lograr establecer la comunicación. El alma volvió al cuerpo, rápidamente pensé, me atienden rápido y me puedo ir a trabajar, pero no fue así. La agradable vos grabada empezó a guiarme con códigos para ingresar con tanta información que había que estar ágil de mente y rapidez para no perecer en el intento. Con toda la información requerida por un momento me trasponle hacia interpol, pensando que era quienes me interrogaban. Al fin, airosa y orgullosa pase la primera prueba, respiraba aliviada, el premio mayor era a “aguarde que será atendido" los minutos seguían pasando, ya llevaba diez desde que empezó la comunicación, no podía desistir, tenia que seguir resistiendo. Cada minuto aparecía la vos de mas allá que decía" aguarde todos los operadores están ocupados “, finalmente el milagro comunicacional se produjo a los veinte minutos. Una voz femenina, amable me dice soy...¿ En que puedo ayudarlo? Confieso que a esas alturas y con un humor que iba cambiando por la perdida de tiempo, hubiera preferido una sensual voz masculina que al menos alimentara los ratones cerebrales y apaciguara el mal humor, pero no fue posible, sin embargo hice todos los esfuerzos por ser amable, por que así correspondía con mi interlocutor. Bien, entablamos el dialogo y la operadora me comienza a informar sobre los pasos a seguir Eran tantos que tuve que solicitar un impase para pedir lápiz y papel para anotar. Primero era dar de baja la tarjeta defectuosa para inhabilitarla. Bueno al menos eso lo logré dentro de la conversación. Primer paso dado, obtengo un número por dicho trámite. Después vino la sorpresa, no era trasladable en forma automática el saldo de la tarjeta inhabilitada. ¿Como era esto posible? Esto era una confiscación encubierta transitoria. Hasta que efectivamente se acreditara el saldo el estado estaba ganando dinero con mi dinero (por supuesto, sin pagarme interés). Esto lisa y llanamente implicaba perjuicio para mi patrimonio y violaba, mis derechos constitucionales como ciudadano. No podía salir de mi asombro, no solo no podía recuperar mi dinero sino, que además tendría que comprar otra tarjeta, erogar $15,0, esperar diez días hábiles para concurrir en persona a un centro habilitado a que me realizaran en forma on line el traslado del crédito a otra tarjeta sube, previo haber recibido un email confirmando esta autorización y con un mensaje acompañado que decía que la validez del crédito era solo por tres meses. Si no llegará a recibir el email salvador, debería realizar por teléfono, nuevamente todo el trámite. Sistema perverso total. Entre tanta desazón el email salvador para seguir participando en la siguiente rueda (recuperar mi dinero de la tarjeta SUBE dañada) llegó dentro del plazo establecido. En resumidas cuentas para recuperar mi dinero en el tiempo en que el estado quiera, debería invertir igual o más dinero que el saldo el saldo existente en la tarjeta inhabilitada Podrá comprender el lector, parece este relato, una historia de ciencia ficción, pero no lo es. Es una historia auténtica. Aun falta agregar un detalle. Todos estos hechos ocurrieron antes de semana santa en Argentina, lo que prorrogo más los plazos, pues cinco días fueron feriados y la Administración Pública funciona en días hábiles, en horario de 8 am a 14 pm. En forma preventiva compre la nueva tarjeta, una vez inhabilitada la anterior. Por supuesto tuve que adecuar la jornada laboral para realizar el tramite de obtener la nueva tarjeta, que una vez adquirida, setenta y dos horas posteriores hábiles se podía registrar mediante la pagina web de la tarjeta sube, para que de esta forma el crédito pendiente se computara al nuevo plástico azul. Cabe destacar que en medio de este engorroso trámite administrativo tenía que abonar los viajes a mayor valor. Considerando que el mínimo con la tarjeta SUBE es de $ 1,50, sin ella paso a ser de $ 2,00 o 2,25, según la empresa. Por el desempeño laboral que realizo, viajó varias veces al día y por distancias superiores a las contempladas en la tarifa mínima. Pues entonces el perjuicio pasó a ser daño importante patrimonial, por una cuestión totalmente ajena a mi persona. En tan buenas condiciones estaba la tarjeta que era para publicarla en cuadro de honor, pero ni servía más. Todo esto pasaba por mi cabeza al mismo tiempo que terminaba la conversación con la operadora. Pacientemente espere el plazo para realizar el trámite personal para recuperar mi crédito. Ya había logrado registrar la nueva tarjeta. A estas alturas ante de seguir con la narración de la segunda parte de esta historia perversa y que pega al más débil, a pesar que la publicidad política diga lo contrario, amerita otra reflexión. Indudablemente cualquier usuario que padezca tal situación, común que ocurra, literalmente queda sin poder transportarse sino tiene un capital importante para hacerlo. Suma sencilla, pagar más importe en el boleto al no tener la tarjeta SUBE, hasta su adquisición y registración, previo cargar nuevo crédito, abonar $ 15,0 para la reposición, pagar los minutos de conexión de teléfono e internet para hacer el trámite y finalmente erogar en traslados hasta un centro SUBE para recuperar el saldo a mi favor. Tal ecuación demuestra que dicha tarjeta no es accesible para los sectores más vulnerables de la sociedad, los que más la necesitan. Volviendo al relato, llegado el día, previo resolver el horario de trabajo, concurrí al centro sube asignado, que no se encontraba cerca de mi domicilio, ni de mi ciudad. Llegue a la dirección indicada, pero no tenia la numeración visible para poder identificar el sitio. La solidaridad vecinal me orientó para llegar felizmente al lugar. El trámite se realizaba en un centro municipal vecinal de Burzaco. En la puerta de entrada en un costado estaba el cartel identificatorio como centro SUBE en un tamaño reducido, no apto para personas con poca visión. Significa entonces, que el centro de atención personalizado de SUBE se encontraba dentro de las instalaciones municipales de la localidad de Burzaco. Ya era demasiado el tiempo perdido sin que todavía resolviera el cometido encomendado. Finalmente y para abreviar los dos únicos empleados para los trámites Sube, uno con un post para cobrar y el otro para resolver cuestiones como las que a mi me motivaron concurrir al lugar no eran suficientes para la demanda que se presentaba de personas presentes. Aguardo con paciencia mi turno de atención. Siempre quedaba la ilusión que la odisea se terminaba, pero los insondables caminos ofrecen sorpresas. Me fui sin poder obtener mi crédito, a esta altura del relato, el lector que aun sigue la historia, se preguntara ¿que más le puede pasar? Un empleado desde algún lugar remoto bloqueó el sistema por error, cuando estaban realizando la recarga en la tarjeta y la operación se abortó e infructuosos fueron los intentos posteriores. Nada que hacer, la respuesta fue simple, indiferente, vuelva otro día, fue la sentencia corta y contundente del empleado. En esos momentos la mansedumbre a medias dio lugar a la indignación. Demasiado maltrato. Desdeñado esfuerzo realizó el empleado para ofrecer una nueva solución. La respuesta fue “intente en otro centro Sube” y en un papel aparecieron direcciones, alejadas del lugar en donde me encontraba. Jugados hasta el final, luego de atravesar medio territorio del conurbano bonaerense, llegue a otro centro sube, con identificación accesible y diferente predisposición por parte de los empleados. Final feliz. La recorrida en búsqueda de mi crédito había comenzado a las 8 am y la solución cercana a las 2 pm. Todo este relato trasciende el relato del hecho, descansa en el fondo de los aconteciendo, los derechos personales vapuleados ante el avasallamiento del estado, la vulnerabilidad del que menos tiene, en suma la pérdida del sentido del bien común. En estos días convulsivos, en donde las cámaras en tiempos abreviados buscan sancionar leyes a la medida de las necesidades de pocos por encima del bien de todos, este relato conlleva a la reflexión, que los países que se desarrollan, amplían los derechos y protecciones por medio de leyes y no por el contrario disminuirlos o quitarlos. El proyecto de ley que modifica la producción de medidas cautelares contra el estado, cuando ejemplos como el relatado, tristemente abundan, es poner al ciudadano tan indefenso frente al estado, omnipotente, que olvida en muchos casos, el daño y el perjuicio de todo tipo que produce. A menos protecciones legislativas para los ciudadanos, tragedias que no se olvidan como Amia, Embajada de Israel, Cromañón, la tragedia de Once y las trágicas inundaciones recientes, muestran las debilidades estatales Por otra parte, si quienes gobiernan, no tienen mesura, sentido cabal de su función y se enferman de poder, el destino de los ciudadanos se transforma en débil como la historia lo ha demostrado .Todo comenzaba con la perdida de los derechos de los ciudadanos frente al estado.

domingo, 23 de diciembre de 2012

ENTRE GATOS Y RATONES ¿Quién caza a quién?

Despertar en estos días de diciembre es todo un desafío. El stress no afloja, te atrapa más que nunca. Todo es torbellino de actividades y se suma el supuesto día del fin del mundo (21 de diciembre), que le agrega un toque de color, pero que al fin y al cabo, no fue más que otro día convulsionado en un mes intenso. En nuestra historia reciente Diciembre o el mes D, como esta de moda identificar, tiene de todo, bueno y malo, y no hace falta enumerarlo pues en la retina de todos nosotros está presente. Sin embargo hay situaciones que le exceden a esa folclórica rutina instaurada desde Alfonsín en 1983, y algunos fatídicos diciembre de épocas anteriores. Hay diciembres que están más arraigados en nuestras mentes y otros, que se los recuerda más distendido. Pere el diciembre 2012 para losa argentinos superó a todos los anteriores. Alegrías y tristezas se entre mezclan con odios y amores, triunfos y frustraciones. ¿Cuál de todas pesa más? ¿o cual va a ser más recordada? Difícil aventurar un resultado. Sin embargo, no hay alegría en las calles, hay nerviosismo, frenetismo, gasto convulsivo y huida bastante en masa hacia lugares donde encontrar un poco de paz. Todo con el sentido de poder pasar las fiestas tranquilas y en paz. Pero lo que se deja atrás tiene otra cara, otra realidad. La realidad, sobre la indigencia, la pobreza, la desocupación, la impunidad y la vaguedad sobre el futuro. Los hechos sucedidos muestran la otra cara, el otro país que convive dentro del mismo país. La misma realidad que divide a la sociedad en relación a sus pensamientos políticos. Debemos ser realista, el modelo entró en crisis hace rato y en diciembre tuvo su cara más cruda. Los saqueos, de los que aún no se tiene información oficial, solo silencio del mayor gobernante de la república, han mostrado las carencias, han mostrado que los reclamos de la población, no eran solo cuentos de medianoche en el reino de Ali Baba y los cuarenta ladrones, sino que “esa es la Argentina que existe hoy”. Dura realidad. Los dos pilares del modelo, la rehabilitación de los DDHH y la inclusión social, son objeto de revisión. Revisión por como se ha entendido la aplicación, no por su objetivo, del que nada hay para decir. Muy necio sería no reconocer la defensa de los derechos humanos o lograr la mayor inclusión social. Sin embargo el cómo entender y a quién aplicar la ley sobre DDHH, deja bastantes baches susceptibles de ser revisados. Aún el cómo entender a la justicia y lo que se espera de ella, también necesita urgente ajuste. La intromisión de poderes, solo lleva aun resultado, el actual, en donde la democracia, se enfermó y necesita urgente cura. Las cruzadas épicas por resultados, sobre cuestiones que solo son de interés de unos pocos y dejar de lado, la profundización sobre el cuidado de las personas, su seguridad física y jurídica es mucho más preocupante, que los intereses en pugna de un grupo político y un grupo político por obtener o retener el preciado botín de los medios. Al fin y al cabo, son la misma moneda con anverso y reverso. Pero si de libertad de expresión, de medios, de ideas, de publicación o de autor se habla y por el hecho de que el gobierno obtenga el monopolios de los medios y los entregue a grupos económicos amigos se trata, otra es la cuestión. Entonces la república y la democracia ya estarían muy enferma. Sin embargo la democracia y el sentido republicano a pesar de no gozar de perfecta salud, siguen buscando cura para los derechos humanos enarbolados, pero tuertos. Tuertos a tal punto que a pesar de hablar de victimas y victimarios por igual, tanto por parte de los militares, como de los subversivos de las décadas pasadas, solo tienen justicia algunos, recupero de la dignidad algunos e indemnizaciones millonarias, algunos. De los otros, nada se dice, se los ignora, no se los nombra, no se los enseña, es decir “no existieron en la faz de la tierra”. Solo fue “daño colateral”. Peor aún asesinos reinvindicados como héroes nacionales, a pesar que sobre ellos pesaron quitar la vida de muchas personas inocentes, adultos y niños. Primera señal de enfermedad en la democracia, no tan bueno el modelo. ¿ Y de la otra justicia que se administra? No está mucho mejor que la de los derechos humanos. Pero en estos días tuvo relevancia la otra pata famosa del modelo “inclusión social”. Por el momento, sin tener a ciencia cierta toda la veracidad de la información y silencio desde el relato oficial, en principio 292 comercios saqueados en 40 lugares del país. Lo dice el informe oficial de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa. 500 locales no se lograron saquear, pero sufrieron daños de algún tipo y las perdidas registradas superarían los 29 millones de pesos. Para muchos el esfuerzo de toda una vida. Difícil y compleja lectura realizar sobre esto. El primer sentimiento que surge es rechazo, condena, considerar como delito lo sucedido. ¿Era posible que esto ocurriera? El primer relato oficial pide cambiar la palabra saqueo por robo. ¿cúal es la diferencia? El resultado fue lo mismo que en 1989, o 2001. Hubo quienes robaron comida, hubo quienes robaron comida y electrodomésticos y quienes solo robaron electrodomésticos. Hubo vándalos por cuenta propia y los hubo organizados. El resultado el mismo. Personas damnificadas, heridas, nuevas víctimas al fin. ¿Quién reparará sus daños? ¿Se reparará?. Con el país con economía estancada, con un rumbo económico que parece no encontrar rumbo, más allá de medidas desesperadas tomada a la luz de las emociones o los intereses propios, pero lejos de ser un plan a corto y largo plazo, darían los compuestos para que la fórmula incluyera elementos volátiles entre sí. Si se considera los hechos como consecuencia de delito común, vuelve a la mesa de reclamo la falta de seguridad y de personas con autoridad y medios para proteger a la población civil. Situación tanta veces criticada por los gobernantes hacia la población de no entender que solo es sensación creada por medios comunicacionales no adictos al modelo. Pero la realidad supero la fantasía y mostro su cara más cruda, en el mes más sensible para los afectos. Ahora si se relaciona las situaciones descriptas con los números oficiales sobre los casi millón de jóvenes que no trabajan y no estudian, la generación NI, que probablemente ellos o sus familias deban subsistir con la ayuda del estado, es fácil de entender que esa mano ociosa, es muy potable que sea tentada hacia el delito. A la situación tampoco le faltaron los dirigentes de barras bravas, otra asignatura que la justicia, ni los cuerpos del orden, ni el poder político dio y da respuesta, pero emana violencia por donde se lo mire. Ambos ingredientes son parte del estallido social sucedido, al menos así lo hacen saber desde los relatos oficiales. No cabe duda que esto no puede quedar así, ni por el comerciante damnificado, ni por la policía casi desarmada, que poco pudo hacer, ni por el ciudadano que con todo es esfuerzo pasa a ser “el gil” que paga el electrodoméstico en 24 cuotas, mientras que los violentos, lo obtienen gratis en cinco minutos. Pero hay algo más. La exclusión, la pobreza, pues si hay quienes robaron solo comida, duele más en navidad. Viene a cuento la canción de Gieco, “ la navidad de Luis”. Quienes se encuentran en la pobreza o la indigencia, muestran lo más oscuro de la marginalidad y más allá del hecho puntual del robo, reclaman un lugar dentro de la economía y terminar la estigmatización social a las que son sometidos, ya sea mediante ayuda del estado a cambio de lealtad, acompañamiento político y la entrega del voto. Pues entonces el modelo de inclusión no pasa por regalar planes trabajar, y futbool para todos o computadoras cuando no hay comida, sino pasa por tener una economía sustentable con trabajo para la mayor parte de la población (ideal sería todos) y educación sustentable orientada hacia el trabajo. Solo entonces a esa minoría el estado debería sustentar, no como ocurre en la actualidad en que el número de subsidiado es tan grande que compite con quienes tienen un trabajo y no es apreciación, solo basta con recorrer los bancos en donde se paga los subsidios y las colas pueden dar vuelta la manzana completa hasta la entrada de la institución. Un país no crece con asistencialismo ni centralismo de poder, más aún hace daño, desgasta y no trae buenos resultados, con solo mirar nuestra historia se puede comprobar. El equilibrio de poderes, lo público y lo privado en armonía, pero fundamentalmente la seguridad jurídica, la sociedad no enfrentada, los poderes abiertos al diálogo, no con la confrontación, odio o autismo, pueden ser el camino, caso contrario, el camino será en declive y la democracia enferma sin cura por mucho tiempo. Como argentina, como ciudadana comprometida cívicamente, como madre que quiere un país mejor para sus hijos mi deseo navideño para este país es encontrar la cura para la democracia enferma, un remedio podría ser gobernar para todos sin odios ni confrontaciones, cerrar heridas del pasado y todos los involucrados reconocer sus errores y pedir perdón por todas las víctimas, restablecer el diálogo, poner fin a la sociedad dividida, gobernar entre todos, no solo los políticos elegidos que hoy se transformaron en la oligarquía elegida, pero fundamentalmente a la sociedad le pido basta de dividirnos entre k y no k, como si cada bando estuviera enfrentando la batalla épica más grande de la historia, cuando el resultado final, si las cosas no cambian, tendrá el mismo resultado, ni vencedores ni vencidos. El 2013 no nos puede encontrar a los argentinos en batalla campal unos contra otros. Amén. SI ENTRE ELLOS SE PELEAN, LOS DEVORAN LOS DE AFUERA (Martín Fierro)