sábado, 4 de abril de 2009

Lo virtual y lo real: el hambre



En estos días he recibido email de una gran amiga de la que me separa un océano de distancia, ha emprendido un viaje esperado y se encuentra como voluntaria en Calculta, la India, en la congregación de las hermanas de la Madre Teresa ayudando a los necesitados de ese lugar. Es muy probable que uno se cuestione, por que no hacerlo si a la vuelta de casa o lado hay quién nos necesita y para hacer caridad no hay que hacer tantas millas. Es cierto, pero los designios de cada uno son insolasyables y nos llevan por caminos inpensados, eso le paso a mi amiga. Recibo sus relatos de lo que cada día le toca vivenciar, de sus sorpresas de su convivencia con el dolor extremo y la muerte que ronda a su alrededor. Mientras leía sus relatos, pensaba en las situaciones extremas en la que están muchos habitantes de nuestro país, Tartagal, las tribus indígenas del norte, la población chaqueña en estos días manifestando por la epidemia de Dengue, las marchas constantes de desocupados en Buenos Aires. Y pensaba en lo más sencillo, las personas que a diario tocan mi puerta y la puerta de mis vecinos pidiendo ayuda. Dar limosma o dignificar a la persona?. Quizás demasiado filosófico para alguien que tiene hambre. Un alimento entregado con respeto y amor pueden no resolver la situación, situación que le es indiferente o superadora para quienes gobiernan en nuestro nombre y por medio del voto otorgado, pero mitiga el hambre. Este ppt me movilizó a esta reflexión

1 comentario:

analia dijo...

gracias, es verdad