domingo, 3 de junio de 2012

LAS DICTADURAS MODERNAS

Las dictaduras ya no son lo que eran. La globalización y la modernidad les han otorgado una impronta, no conocida en el siglo anterior. Esa impronta deviene ya no de personas que por la fuerza suman el poder público, sino que su raigambre deviene de la propia democracia. Indudablemente, si paseamos por la historia contemporánea latinoamericana, por varia décadas los gobiernos han tenido la impronta de las botas, como protagonistas, es decir las fuerzas militares rigiendo los destinos de los países latinoamericanos. Ahora bien ¿Qué tenían en común todas esas sociedades? La opresión y la unidad. Razón por demás clara que el miedo y la pérdida de la vida, eran el instrumento válido de estos dictadores, para que el pueblo estuviera callado. Y el pueblo lo estuvo, y con estoicismo tuvo que esperar a que los sistemas dictatoriales militares se desgastaran para poder hacer nuevamente viva su sangre de libertad. Este fenómeno, también tuvo un común denominador en Latinoamérica, fechas más o menos coetáneas para su extinción. Sin embargo, el pueblo siempre estuvo unido y con un mismo sentimiento, recobrar la libertad, la democracia y las instituciones y el criterio fue unánime. El hecho que lo demuestra, en Argentina, fue la celebración del retorno a la democracia con Alfonsin en 1983, y que colmó la plaza de mayo con tanta gente, que pocos otros actos se igualaron y como pocas veces había pasado, había alegría en el pueblo y un sentimiento común. Muchas cosas se podrán decir de Alfonsín, pero su título del padre de la democracia contemporánea argentina, nadie se lo puede quitar. La recuperación de la instituciones y el aprender a vivir en democracia y para otros reaprender fue un ejercicio cotidiano y ofrecía y sorprendía cada día, pero cada día quedaba más en claro que nadie iba a permitir volver a perder la democracia. Con la democracia, se educa, se come, se vive. Pero el tiempo pasó y llegamos al 2012. ¿En que situación nos encontramos?. Difícil respuesta. Entre 1983 y 2012, se han sucedido diversos gobiernos, surgidos del voto popular, con diferentes criterios, vertientes, con todo tipo de consecuencias, la gran mayoría negativas. Pero sin embargo a pesar de las adversidades el sentimiento de seguir defendiendo la democracia, las instituciones y la libertad siguen tan vivas en el pueblo argentino como en 1983. Y entonces ¿Porque no encontramos el rumbo? Parece una pregunta retórica, pero tiene respuestas. Nuestra vapuleada constitución paso a ser el instrumento válido para ser reformado a gusto y piacere de quienes gustaban perpetrarse en el poder. Lamentablemente nuestra democracia, como ciudadanos que cumplimos obligaciones pero que poco conocemos de los derechos y su ejercicio, demostró ser inmadura, de no visualizar lo subyacente, que los personalismos y los caudillos, modernizados no habían desaparecido y que ellos apetecían de los mismos intereses que aquellos a los que en democracia se condenó. En el silencio y en la inocencia de los ciudadanos fue creciendo, sin darnos cuenta. Poco a poco, se iban aceptando situaciones, que nos iban alejando cada vez de la libertad y la democracia, pero en democracia. Así fue como fuimos aceptando la corrupción, el desgranamiento de las instituciones, la desidia por no hacer cumplir la ley, la inseguridad y tantos otros males, que silenciosamente atentan contra la democracia. A partir de 2007 y que se prorroga hasta hora, las cartas fueron puestas completas sobre la mesa. La era K, llego para quedarse. Cualquier medio es válido para lograr el fin. Una mezcla extraña de Maquiavelo, Lenin, Marx y Smith, se confluyeron en estos nuevos grupos políticos. Por momentos actúan como extrema izquierda, pero casi al instante giran hacia la extrema derecha. Entonces ¿cual es la situación actual de la sociedad? Indudablemente nadie puede que accedieron al poder por el voto y con la cantidad suficiente. No vamos a dudar de la legitimidad de ese voto, pues nadie en su momento lo planteó, pero lo que es innegable que el accionar del grupo dirigente y hacedor del poder actual, no ejerce medidas democráticas, a pesar que las disfrace con ese nombre. Entonces reitero la pregunta y la respuesta a ella es la división. La sociedad ya no aglutina el mismo sentimiento hacia la democracia. He aquí el gran triunfo. Divide y reinarás. Mientras la sociedad se debate entre el bien y el mal de las medidas, cada día se pierde una cuota más de libertad. La corrupción se esta comiendo a las instituciones. Por lo tanto las instituciones democráticas, que con tanto orgullo hemos vanagloriado hoy dan pena. El poder Judicial, sin administrar justicia, con un amplio espectro de jueces corruptos, desbordado de trabajo, sin poder administrar justicia. El poder legislativo, también salpicado de corrupción, con una minoría que fue fagocitada por una mayoría adicta al modelo, no hace leyes a favor de la democracia hace leyes a la medida del poder ejecutivo. El poder ejecutivo, uno triunfante en este proceso, poco a poco centra más poder y va en camino a la suma del poder. Entonces, si quién gobierna no tiene la dimensión de separarse de la tentación de la tiranía, pronto se verá inserto en ella. Pues entonces estaremos en las puertas de una dictadura disfrazada de democracia, en donde los ciudadanos cada día más pierden más la noción de sus derechos y solo le quedan las obligaciones que los estrangulan cada vez más hasta que el sistema sea tiránico y sometidos y la libertad volverá a ser un sueño. Muchos de los que nos gobiernan albergan un sueño nacido en los setenta, no cumplido que quiere ser reflotado. A nuestra generación del 37, Echeverría entre ellos, les pasaba lo mismo, pero se remitieron a plasmar ese sueño romántico en las letras, pues su sentido de bien común los enaltecía y respetaban el camino trazado en búsqueda de la nacionalidad, que culminó con la Constitución de 1853. ¿No sería bueno entender lo mismo? ¿No sería bueno comprender que 2012 no es lo mismo que 1970, que el mundo cambió, que como quedó demostrado por diferentes hechos históricos todo extremo termina de la misma manera? Entonces ¿porque insistir con metodologías, repudiadas, que solo trajeron muerte dolor, y pobreza? O¿ será que los héroes elegidos (Chavéz, Castro) serán las musas inspiradoras que habrá que seguir? Bien cierto es que la historia ya nos ha enseñado muchas veces cual es el final de las dictaduras y tiranías y es muy saludable siempre tenerlas presentes. Ahh me olvidaba, la perestroika, también existió y nos dejo varias lecciones para aprender, aún se está a tiempo de cambiar el rumbo.

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